Domingo José Castellanos Mata. Carta a Antonio.


Querido hermano;

Después de un año sin estar con nosotros me gustaría haber sido religioso como en nuestros primeros años para decirte que me esperes en el Cielo, pero no es así y por tanto quiero imaginarte como un ser etéreo vagando por el Universo haciéndose preguntas y buscando respuestas a los fenómenos físicos y a las esencias filosóficas que tanto te interesaban.

Recuerdo aquellos primeros años en Antoñanes del Páramo yendo a la escuela todos juntos mayores y pequeños entre los que tu estabas y cuando yo ya ejercía de hermano mayor. Tu eras mas travieso, mas pícaro y mas simpático y muy vivo. Recuerdo a los dos correteando por la huerta y la laguna cercana. Y no quiero recordar los terribles meses que pasamos en el Hospicio. Y vuelvo a recordar mejores tiempos en León, en nuestro barrio de San Claudio. Los tres hermanos juntos... Nuestros juegos en la calle, nuestros partidos de fútbol. Nuestras correrías por el río. Tus aficiones a recolectar abejas, grillos, serpientes etc... Y tantos recuerdos.

Luego esos largos años que pasaste con los frailes. A tu vuelta volvimos a estar juntos y aunque nuestras vidas fueron por distintos derroteros, nunca estuvimos alejados.

¡¡Hermano!! para finalizar quería decirte que aunque te echo mucho de menos, sigo viéndote a través de tus hijos, todos ellos y especialmente los pequeños, León con sus diez años ya manifiesta un gran interés por la ciencia y estoy convencido que llegará muy lejos e Iván con sus cuatro años que es tu viva imagen cuando tenías esa edad...

¡Ah! Naomi está preciosa.

Un abrazo